HABLANDO AL PEDO, Expulsión Nro. 1
(Hablar al pedo es una sana costumbre, decía el Negro Fontanarrosa, famoso cuentista, cómico y dibujante rosarino)
Hoy inauguro una nueva serie de relatos con el título del epígrafe. Ante todo, debo aclarar que significa “hablar al pedo” en la Argentina, país donde sufro. La palabra “pedo” significa ventosidad anal, gas intestinal expelido por el ano, flato. Ahora bien, en el hablar popular cuando combinamos la palabra pedo con una partícula gramatical particular, la simple palabreja toma un sentido distinto, se transforma en una expresión idiomática y se vuelve más liviana que el aire. Expelo aquí algunos ejemplos:
Hablar al pedo: Decir algo sin fundamento; parlotear insensateces, decir algo solo por decirlo. Ej.: Pido disculpas, no sé lo que digo, estoy “hablando al pedo”
Hacer algo al pedo: Hacer, construir algo que no le sirve a nadie o infructuosamente. Ej.: Ayer trabajé como un burro fabricando una mesa que me encargaron. Fue totalmente “al pedo” porque al cliente no le gusto y no la compró.
Estar en pedo: Estar borracho, ebrio, beodo. Ej.: Amigos, no bebo mas ya estoy “en pedo”. También “tener un pedo bárbaro” significa estar borracho tumbado.
Ir al pedo: En vano, inútilmente. Ej.: Hoy Agustín fue caminando hasta el centro a cambiar una remera y el negocio estaba cerrado. Cuando volvió dijo: Me hicieron “ir al pedo”.
Ir a los pedos: Ir, viajar muy rápido. Ej.: El taxista nos trajo “a los pedos”; Vinimos de Mar del Plata “a los pedos”
Estar al pedo: Estar sin nada importante que hacer. Ej.: José, vamos al teatro esta noche. Si, total “estoy al pedo”
Ni en pedo: De ninguna manera, en absoluto, jamás. Ej.: No compraría ese auto “ni en pedo”
Cagar a pedos: Retar, regañar, llamar la atención. Ej.: La maestra se enojó conmigo y me “cagó a pedos”; Carlos, vos siempre el mismo, volvés del trabajo malhumorado ¡y me “cagás a pedos” por cualquier cosa!
Le salió de pedo: Lo hizo por pura suerte, de casualidad, azarosamente. Ej.: ¡Fue “de pedo” Julio, me dieron el pase dentro del área, le pegue de taquito e hice el gol, ¡me “salió de pedo” loco!
Como se puede observar, la lista es larga (tal vez se me escape alguna, expresión digo), pero en los suburbios de todos los idiomas supongo que podemos encontrar muchas variaciones y combinaciones como estas. No somos nada originales al respecto. Lo peculiar de la palabra pedo, creo que es su sonido, corto, sonoro, contundente, a veces rotundamente aromático, el que le da ritmo a las expresiones que la incluyen.
De todas maneras hay que advertir que estas expresiones son vulgares y uno no las usaría en situaciones más formales del idioma como cuando su estirada novia lo invita a cenar a su casa para conocer a sus padres. Sin embargo, pareciera que este pensamiento no es compartido por ciertos programas de televisión y periodistas, comentaristas o panelistas que no dudarían un segundo en utilizarlas. Es “al pedo” que no lo reconozca y al mismo tiempo admita que el idioma vulgar se va infiltrando lentamente en el hablar más culto. La Argentina actual, sin lugar a dudas, ha perdido cultura y la involución del lenguaje hablado va “a los pedos” por más que a mí me pese.
En la próxima entrega hablaremos al pedo acerca de las Generalizaciones. Nos vemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario